Montante y tarja


En arquitectura se llama montante, en su segunda aceptación, a la ventana o hueco que se abre encima de las puertas interiores, es decir, la puerta de paso que comunica entre sí a dos estancias o locales. Por lo general es del mismo ancho que la puerta, y tiene aplicación como medio auxiliar de ventilación. Suele ser de forma cuadrada a rectangular, aunque en ocasiones se resuelva en círculo, semicírculo u ovalo.
Por extensión del vocablo, también se llama montante a los huecos practicables que se disponen encima de algunas ventanas, para permitir que, permaneciendo sus hojas cerradas, puede regularse la ventilación de la estancia. Esta colaboración entre los dos huecos resulta útil en aquellos casos en los que existe la presunción o la certeza de que el mobiliario, o más probablemente algún cuerpo de la instalación, puedan dificultar la apertura de las hojas de la ventana. Sin embargo, esta expresión es incorrecta, a despecho de su popularidad y de que incluso más de un profesional la emplee; para designar este hueco interior, auxiliar de la ventana, en construcción existe la voz tarja. Y ello, tanto si el hueco está desnudo o lleva incorporado marco y hoja practicable.
La tarja  puede definirse, pues, como un hueco que cumple una función auxiliar para la ventilación y paso de la luz, que se abre por encima de la ventana, de la que se halla separada por el travesaño superior del bastidor de esta última. Y ese travesaño sí que es el montante del conjunto.
La función de la tarja, como ya se ha dicho, es la de permitir la ventilación, fundamentalmente, de una estancia interior sin necesidad de abrir las hojas de la propia ventana.