Tapajuntas


El marco es un cuerpo extraño adosado a la obra, a la que se agrega una vez terminada la construcción. Aun en el supuesto de una perfecta planicidad en las dos superficies que se unirán, para permitir un ajuste impecable con el telar resulta del todo imposible que, una vez instalado el marco, no se advierta donde termina la pared y donde comienza el cerco. Aquella, por lo general con un acabado de enlucido de yeso, y este, salvo excepciones, será siempre de madera. El cambio de material y de cuerpo constructivo queda señalado por una finísima hendidura que discurre por el perímetro interno del marco, que a veces ni siquiera mantiene un idéntico nivel con el paramento.
La solución a este problema de estética se cifra en disponer una moldura encargada de tapar dicha junta. Las molduras que cumplen tal misión se denominan tapajuntas, y van fijadas por medio de puntas de acero sin cabeza clavadas contra el cerco, cuando es de madera. En la carpintería metálica y de plástico, la sujeción de estos perfiles tapajuntas se realiza por medio de tornillos.
El mercado ofrece una extraordinaria variedad de molduras tapajuntas, que se adquieren por metros lineales y se cortan a la medida al pie de la obra para ser instalados de inmediato.